jueves, 19 de agosto de 2010

Tiempo para mi.

Es mediodía, buena temperatura, por fin, ni frío ni calor, uno de esos días, que escasos en el año, da gusto estar en Zaragoza.
Esperando a que me recojan para ir al pirineo, fiestas de Escarilla, terreno de juego desde que conozco a Marti.

Me tomo un café, sentada en la terraza de un bar, cortado con hielo, como siempre. Una pareja a mi lado, con su hija, perfectamente vestida y peinada, enfrente dos señoras hablando.
El resto gente que pasa, camina y pasea, algunos rápido, estrés, la vida, el trabajo, otros simplemente se han encontrado en su paseo con esta calle y la recorren hasta encontrarse con la siguiente.

Y yo, aquí sola, disfrutando del tiempo para mi, sin prestar atención a nada, pensando, viendo el paso de los minutos, tal vez escribiendo, tal vez pensando en fotografía. Pero sin hacer nada, disfrutar del bullicio de la ciudad, mirándome, examinándome, pensando en mi y en mis cosas.
Nunca viene mal estar solo, sin nada que hacer, sin una tele que mirar o una radio que escuchar, que todo lo que pienses sea porque viene de tu cabeza. Es tranquilidad, la mejor forma de conocerse, de saber como te sientes, tu, y solo tu. Sin responsabilidades, sin una vida detrás.
Ahora mismo, yo soy una chica con gafas de sol, tomando café en la mesa de al lado, así me vera esa niña. Ahora no tengo asignaturas para septiembre, no tengo historias complicadas, no tengo trabajo o millones de gestiones que hacer, no soy feliz ni dejo de serlo, solo soy una chica que, sentada en una terraza mira el mundo, escribe, y disfruta de su silencio.
Esta soy yo, y lo demás mis circunstancias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario