sábado, 28 de agosto de 2010

Entre líneas.

Sentada en mi tabla, flotando, dejándome acariciar por el agua, fría. Escuchando el agua, que suena, olas que rompen contra las rocas, espuma que se deshace en la arena. Dejándome llevar por el vaivén, sin pensar en nada y pensándolo todo. Mirando al horizonte, sin esperar demasiado, tal vez una ola, no me preocupa demasiado. El sol se refleja en el agua, allí donde se juntan el cielo y el mar. Pasan los minutos, no quiero estar en otro sitio, no se me ocurre nada mejor que hacer.
Y ya cansada, salir del agua, verte, sonreír, hacer algo, a lo mejor alguna película, tal vez alguna caricia, algún beso. Risas, cuentos, planes...

Pasan los minutos, me canso de estar aquí sentada, mirando estos folios, letras y mas letras. Si levanto la cabeza, mas gente como yo, acalorada, entre libros, papeles y bolígrafos. Hay quien se lo toma con mas interés, y quien como yo, entre linea y linea, piensa un poco en todo.
Es difícil cuando se tienen tantas cosas en la cabeza, siempre tengo algo entretenido en lo que pensar. Algo que recordar, algo que imaginar. Me asombra la rapidez con la que funciona mi cabeza y la lentitud con la que pasan las hojas del libro. Me pierdo fácilmente entre las líneas, me dejo arrastrar mas alla de la biblioteca, de Zaragoza, me dejo llevar por mi mente a donde ella me quiere llevar. Busco entre las letras, te busco, me busco.
De vez en cuando vuelvo, repaso un par de folios, aprendo algunas chorradas y vuelvo al mundo de verdad, el que me interesa, el que me hace sentir viva, el que me hace ser feliz, sonreír, disfrutar cada segundo.
Pasan los minutos, debería saber tantas cosas sobre derechos reales, sin embargo, si algo se, es donde quiero estar.

Se acabó el verano.

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