martes, 30 de marzo de 2010

En algún lugar de mi ciudad.

Hoy tiene que escribir en su blog, tal vez porque lleva mucho tiempo sin hacerlo, o igual porque por fin ha encontrado un sitio donde hacerlo, pero hoy tiene que escribir.

Lo hace sentada en una piedra, si estira la mano tocara el agua, agua que en 20 años no ha tocado. Disfruta del momento, no piensa en nada triste, no le da demasiada importancia a nada, se deja llevar, ve pasar una colilla flotando y se queda mirando como se va lento, lento, lento. Nada es, ni deja de ser, todo se intuye.
Alguien estará pensando mucho más, seguro, aunque dice que no. Se ralla. "Ey, déjate llevar". Let it be. Déjalo ser.

En algún lugar de su ciudad, puede cerrar los ojos y al abrirlos ver que alguien se ríe y le espera, pero detrás, ¿ qué es eso? ¿ dónde estamos?, otra cuidad totalmente distinta, y parece que atrás se queda el mar y por delante mundo por conocer.
Es el lugar secreto, donde no pasa nadie, casi se puede ver el sol, que se va.

Fuma y sonríe, se está bien. A gusto con vos.

jueves, 25 de marzo de 2010

Jueves, jueves, jueves...

Recenando, eso sí, con sabor a ron con coca cola, o igual con limón, ni siquiera se eso demasiado bien. Locura en la casa del loco e inoportuna la poli, como siempre. Empezando de lujo y desinflandose entre copas y gente. Rescatadora, María, gracias.
Jugando a hacer dibujitos en el aire, escribiendo, "ven, ven, xfi, ven", lo ultimo que recuerdo es, que... "ya es hora de empezar a andar..." Huecco, creo.

Esta visto que es imposible.

miércoles, 24 de marzo de 2010

De negro y sin zapatos.


Levantarse por la mañana, no importa si hace frío o calor, si llueve o hace sol, lo vas a disfrutar igual.

Quitarse el pijama, que cómodo era, coger aire y… un pie dentro, el otro… y ahora si, arriba, fuerte, que sí, que sí que entra, un poco más, y ya está.

Chts, chtsss…Te olvidas de ella, cógela. Te pueden las ganas.


Caminas por el asfalto, los pies se me tienen que estar quedando negros, piensas, tengo unas ganas… La gente no te mira, es normal ir descalzo, llevas lo que necesitas, ¿para que ibas a querer algo más? Sobre la cama se queda el móvil, el ipod, la cartera, qué importa quién soy, dinero, ¿para qué?

Ya con arena bajo tus pies notas la brisa que te empuja, como queriendo darte la vuelta. Te acercas, ya casi tocas el agua. Te sientas y miras, por allí, izquierdas, me gusta. El pie atado y a dentro.


Te sientas y flotas, mires hacia donde mires, mar, sólo mar, agua que pasa por debajo de ti, ondas que se levantan con fuerza y se deshacen en espuma blanca. Los pies debajo del agua, jugando a equilibrarte, hacen círculos.

Peleas porque no te arrastre la serie, buscas la mejor posición y esperas. No piensas nada, sólo tranquilidad, nada te molesta, nada importa. Siempre dije, que el problema más grande es arrastrado por la primera espuma que pinchas.

Viene tu ola y remas, no dejas de remar, aunque los brazos no aguanten más. De repente un empujón y lo notas, te lleva, te lleva hasta donde tu quieras llegar.


Te echo de menos.

lunes, 22 de marzo de 2010

Báilame el agua.

Pillate los dedos. Y deja que te invite a un café. Caliente claro. Y sin azúcar... sin aliento.



Yo me pillo los dedos, pero nunca tomo café. Ni azúcar, ni aliento. Coger humo y en una azotea, seguramente la de Fer, ver pasar las cosas, nubes, estrellas, las mias, y pensar mil cosas que realmente no me importan. Espero... Espero a pillarme los dedos, a tomar café, este sí, sin azúcar ni aliento, pero espero, solo espero...


Ponerme de mala hostia, querer llorar, no entender y no entenderme. Buscar a mi otro yo, necesito un abrazo, canela. Hacer una cosa cuando quiero lo que tengo al lado. No hablar y morirme de ganas, buscar una sonrisa...


Esto es bailar el agua, fumar, ni entender, ni pensar. Yo quiero bailar el agua, vivir el momento, cerrar los ojos y hacer lo que más me apetece, sin pero, volviendo... Quiero bailarte el agua.