miércoles, 2 de junio de 2010

Que alegría más tonta.


A la 1.30 de la madrugada de un miércoles cualquiera, se iban a dormir las tres. Hablando y hablando desde la cama. Las nuevas tecnologías con una, las viejas con la otra.

Alguien vestido de azul ha escrito sobre ellas. Sobre si misma y sobre cada una de las otras dos. Se leen el texto, lo releen en voz alta, se lo cuentan. Cada uno empieza con una letra diferente, y cada uno cuenta una historia diferente, la que cada una de ellas tiene en la cabeza todo los minutos del día. Madera, silencio y privado.

Podrían tomar café y hablar durante horas de cosas diferentes, cada una con su tema, cada cual con su historia. Se escuchan. Todas se ríen.

Ahora se van a dormir las tres, después de leer sus historias, una llora y fuma, otra, aunque quiere, no fuma, puto tabaco donde estará, y la otra se quita las lentillas, también quiere fumar, seguro.

Buenas noches, que alegría llevamos encima, que alegría más tonta.
[Que alegría más tonta, estar viéndolas venir, que bonita tu boca...]

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